top of page

Aventuras de una mamá lectora: un día especial para mamá

  • Foto del escritor: ERIKA Castillo
    ERIKA Castillo
  • 9 may
  • 2 Min. de lectura

Ser mamá es, sin duda, una de las experiencias más hermosas que podemos vivir. Pero también es una de las más desafiantes. No se trata solo de sonrisas, abrazos y momentos dulces, sino también de noches sin dormir, dudas constantes, culpa, cansancio y una entrega que a veces parece no tener límites.


Este Día de las Madres, mis queridos Lectores bajo la Luna, quiero rendir homenaje a todas las mujeres que caminan este sendero con amor, aunque a veces también con miedo, cansancio o incertidumbre. A las que se esfuerzan cada día por dar lo mejor de sí, aun cuando sienten que no es suficiente. A las que aman con todo su corazón, incluso cuando están aprendiendo a amarse a sí mismas.


Hoy no celebramos una versión idealizada de la maternidad, sino la maternidad real: la que se construye paso a paso, con errores, aciertos, lágrimas y risas. Y sobre todo, con un amor inmenso.

Este es un recordatorio para ti, mamá: sé amable contigo. Reconoce lo mucho que haces, lo que sostienes, lo que transformas. Tú también mereces ese mismo amor que das.


La maternidad real no siempre se ve como en las fotos: no todas las veces hay desayunos perfectos ni niños impecables. En ocasiones hay ropa sin doblar, juguetes por todos lados, lágrimas (de ellos y nuestras), dudas que no se resuelven con un consejo, y días en los que no sabemos si lo estamos haciendo bien.


Y sin embargo… lo seguimos haciendo.


Seguimos levantándonos cada mañana con el corazón dispuesto. Seguimos dando lo que tenemos y lo que no sabíamos que teníamos. Seguimos aprendiendo a ser madres mientras ya lo somos.


Estas palabras no son para decirte que tienes que disfrutar cada segundo. Es para recordarte que está bien no disfrutar algunos. Que está bien cansarse, enojarse, necesitar un respiro. Que no te hace menos madre pedir ayuda, llorar a escondidas o soñar con un momento de silencio.


Nos enseñaron a poner a todos primero. A veces incluso a olvidarnos de nosotras. Pero ser mamá también implica cuidarse, perdonarse, hablarse bonito. Porque nuestros hijos no solo aprenden de lo que decimos, sino de cómo nos tratamos.


Así que hoy te invito a hacer una pausa. A reconocer tu camino. A mirarte con compasión. Eres suficiente. Eres valiente. Eres amor en acción, incluso cuando te sientes rota.


A todas las mamás que me leen: este es su homenaje. Uno que no exige perfección, sino presencia. Que no pide que lo hagan todo, sino que se reconozcan en todo lo que ya hacen.


Que este Día de las Madres (y todos los días) puedas mirarte al espejo con amor y decirte: lo estoy haciendo lo mejor que puedo, y eso vale muchísimo.


Si esta reflexión resonó contigo, te invito a compartirla. Tal vez otra mamá necesita leer justo esto hoy.


Gracias por estar. Gracias por amar. Gracias por ser.


Un abrazo,

✨️🌙


Les comparto este video con mucho cariño:

Comments


Formulario de suscripción

¡Gracias por tu mensaje!

  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn

©2022 por La Tinta bajo la Luna. Creada con Wix.com

bottom of page