Las aventuras de una mamá lectora: Cuando la infancia comienza a despedirse...
- ERIKA Castillo
- 26 sept
- 2 Min. de lectura
Hola nuevamente, mis queridos Lectores bajo la Luna.
Hoy viernes la melancolía se ha posado sobre mí.
Desde hace días el paso del tiempo se ha vuelto tangible, casi cruel: ha hecho crecer a mi pequeña.
Ese villano me arrebata, lenta y dolorosamente, a mi niña de rizos alborotados y me entrega a una preadolescente que ahora sueña con vestidos y deja las muñecas olvidadas en el piso.
Esta madrugada, mientras la casa dormía y el día apenas despertaba, miraba cómo las hadas habían pintado de ocre las hojas de los árboles bajo las estrellas. Entonces, una pregunta vino a mí:
¿Será ésta la última vez?

Tomé la pluma y dejé salir esos pensamientos que desde hace tiempo rondan en mi cabeza. Hoy los comparto con ustedes...
La última vez…
Son las cinco de la mañana.
Tus pies pequeños caminan por el pasillo.
“Mamá, ¿quieres jugar a las princesas?”
Escucho tu voz entre sueños
y miles de besos en mi cara
me obligan a despertar.

Con el café en la mano
y un bostezo largo me siento en el piso.
Hoy me toca ser Cenicienta.
¿Será ésta la última vez
que juguemos a ser princesas al amanecer?
El día transcurre entre juegos y risas,
brincos en la cama,
carreras por la casa.
¿Será hoy la última vez
que me pidas ser tu compañera de juegos?
Por la tarde, buscando bichos
en el patio, tropiezas.
Con la rodilla sangrando
corres asustada hacia mí
buscando un beso que te sane.
¿Será hoy la última vez
que mis besos puedan curar?
Por la noche, entre abrazos y cuentos
de hadas y superhéroes,
me dices que me amas
mientras en mi pecho duermes.
¿Será ésta la última noche
que mis brazos te den calor?
Cada día que pasa es un logro,
una meta más en tu vida.
También es una puerta que se cierra
en mi trabajo de mamá.
Así debe ser.
Mi trabajo es enseñarte a no necesitarme,
darte alas para volar.
Pero no puedo evitar el vacío,
las ganas de capturar
estos momentos en el tiempo.
Por eso, si hoy me pides
brincar como rana
hasta la orilla de la sala,
o abrazarte como oso
sólo porque tienes ganas,
lo haré dejando todo atrás.
No importa si los trastes
siguen acumulándose
y nueva vida se genera
en el lavaplatos,
o si tanto juguete “acomodado”
bajo la cama
abre una puerta interdimensional.
Hoy jugaré.
Hoy te abrazaré.
Hoy te besaré.
Porque no sé
si hoy que me lo pides
será la última vez…

Gracias por compartir conmigo.
Un abrazo, ✨️ 🌙
Aquí les dejo el enlace de el videode este poema en YouTube












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